Ciudad

1

Como repiten las manos del ciego la forma de una vasija
o  recorren un rostro), minuciosamente
así voy, en la noche, por la ciudad
(mujer
rencorosamente poseída
y vasto territorio del tacto:
conozco
el sabor agrio de tu sexo)
2

rincones insidiosos, pasajes
ocultos, normas
arteras
y en mí
un mapa de la oscuridad
3

y no cruzo el puente de piedra porque ya no hay piedra; no toco los muros; pienso
otros muros vanos; descamino
los sitios, ya interiores, del hábito
4

plazas posibles
donde el reloj marca otras horas
las calles que el ciego prefiere y frecuenta
laberintos en la memoria.

José Manuel Arango

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