Obstinación
Porque así de obstinados
son los muertos, así de dura
tienen la calavera.
En las tardes solas
vienen los muertos.
Hablan mientras callamos,
nos dictan ademanes, memorias.
Los muertos de risa amarilla.
Un adentro dentro de otro,
dentro de otro adentro.
2
O en las noches heladas,
cuando desde sus cobijos
los animales oyen la lluvia,
llegan los muertos
y nos miran mientras dormimos
y su mal de ojo nos gasta,
nos envejece.
3
Quizá creemos ir
y los muertos nos llevan
los pies,
creemos hacer y los muertos
nos empujan las manos,
creemos decir
y los muertos nos dicen,
se nos adelantan en la risa.
Compartimos con ellos
los gestos, los guiños
de los que hablan una misma lengua.
José Manuel Arango
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